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CRÓNICAS DE CARNAVAL

III.- "Atravezando el Planeta Marte"

(Última Semana De Marzo Entre Cruzando El desierto De Atacama, Ruta 5 Chile)

 

Un día más para improvisar. Por suerte hay Mate y una buena cantidad de Sedrón para marcar la diferencia al paladar.

Aquí ya no canta un gallo, ni el reloj, pues el frío nos pone en pie de manera biológica para calentarnos en movimiento y esperar unos minutos, para luego hacerle fintas al calor.

 Estoy una vez más montando mi Carnaval, toco mis nuevos santos y amuletos de protección que me han dado los amigos que acompaña mi nueva empresa, una parejita de cholos, una muñeca quita penas y un cuarzo, una negrita cubana, unas conchas, campanitas, cascabeles, lanas, el escudo que pinto "Pepe Libro" el cual deja en claro el nombre de mi fiel corcel, sin dejar dudas que viajo en mi Carnaval solitario en el mundo físico, pero creo que estas son las circunstancias de la vida en que sentimos que dentro de todo lo visible, existe un universo y dimensión invisible que es aún más potente. Creo nunca antes haber estado más acompañado que hoy.

Carnaval despierta al mismo tiempo en que el Dios Inca, Se muestra más grande y fuerte como jamás antes visto en mis ojos ni sentido tan penetrante por mí piel.

Entre medio del Territorio Rojo, Rojo Marte,

Rojo óxido, rojo cobre, rojo salado,

rojo Arcilla, Rojo como el calor,  Sin Vida,

donde el INTI se impone para recordarnos

que no hay Más Dios Posible que él para

la TIERRA, Capaz de castigarnos,

Abrigarnos, Contentarnos y que nos

rompe el corazón sofocándonos de sed y

aturdiéndonos la mente y sacarnos de la

realidad, su voluntad es tan grande que

nos da la vida y nos da la muerte en un

lugar como este, Atacama.

 

Toco La medalla que cubre el lomo de

Carnaval, la cual rinde tributo al Inti, le miro con respeto, y acudimos a la Mártir trasandina, Difunta Correa para no morir de sed.

La travesía es tan osada que puedes avasallar el ego de un dios que no te quita la mirada de encima o a la vez recibir su piedad, te vuelves tan inmenso como insignificante.

 Aquí no hay AGUA, ni vegetales secos  para masticarles las raíces y  no perder el aliento cayendo en pena. Ni siquiera un Cóndor perdería el tiempo por un pedazo de carne transgénica que escondo bajo mi piel seca.

El AIRE es sal, el viento quema de frío.

El Corcel de fiero ganó un respeto o compasión entre las  bestias come cerros que pudieron aplastarnos para no retrazar sus rutas presionadas por el marcador.

El panorama se llena de animitas de antiguos y nuevos caídos, botellas con liquido amarillo que escupen las bestias come cerros y de estas por montón, conmigo 500 cc de agua ya casi hervida por la luz del Emperador de la cual cada gota es vida, a ratos un cigarrillo y descanso de Carnaval.

Carnaval no da más, y el paisaje es el mismo, es como si no hubiese avanzado nada, pensé que fue una trampa, una pesadilla, o quizás era el momento de pagar algún karma pendiente, pero creo no haber dejando nada pendiente con nada ni nadie para que el peso sea lo más ligero posible, pues sabia que en esta travesía el Diablo vendría a cobrar sus  deudas conmigo y cobrarme sentimientos de ingratitud al momento de sentir que manejaba con los ojos cerrados y apoyando mi cabeza en el lomo de Carnaval, que ya no daba más.

 Después de cada montaña, existía esa ingenua esperanza de ver vida, pero al contrario cada ves se presentaba un camino más largo, infinito y cada vez más alto.

Ya no daba más, y las cruces anónimas de los muertos que explotaban en las oficinas del salitre al costado de la ruta, daban la bienvenida al reino del ADES...

Después de la infinita repetición del panorama, aparecen los primeros cuestionamientos existenciales como el "Qué hago aquí" "quien soy" " que quiero" ""A dónde voy"... A lo lejos se lucen humaderas enormes de humo negro, chimeneas furiosas exhalando tóxico, llamas de fuegos monumentales, Industria, el reino industrial, Las bestias en filas eternas entrando a su paraíso...

 

Un letrero    "BIENVENIDOS A ANTOFAGASTA"

 

Inti Sur

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