NATALICIO DE  “LA MOTO CARNAVAL”en EL PLANETA TIERRA.

 

Viviendo en Elqui  durante  los años 12 del  presente milenio, aparece una moto de cilindro 125, como transporte práctico para el uso en el mundo rural, y también para los viajes desde la cordillera elquina hacia la costa de aquella región.

 

La motocicleta se vuelve un recurso grato y

sublime en las carreteras, pues permite que

el viaje tenga una  función mucho más que

práctica. Pues existe una sensación de

libertad y un deleite por el entorno natural

que rodea las rutas de un lugar a otro, lo

cual vuelve la moto a reemplazar al

noble corcel de los antiguos en una romántica

compañía de viajes, donde el conductor pasa a

ser el jinete de la modernidad.

 

Una vez que se decide emprender la empresa

hacia otras tierras junto a la motocicleta,

esta pasa a ser un personaje más en la travesía,  donde ambos, jinete y corcel pasan a depender el uno del otro, y al ser esta de bajo cilindrado (125) para largos caminos, la fe, y la protección se vuelven elementos de suma importancia  que se expresan en la estética, como por ejemplo, la medalla que representa el dios inca (INTI) como representación de la primera divinidad en muchas culturas antiguas, como primera fuente de luz y creadora de la vida vegetal, animal y de los ciclos naturales; también  muñecas, cruces ,herraduras, bandera wipala en la antena, la cual además de  simbolizar el respeto por las culturas cordilleranas que abarcan países como Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Ecuador donde estuvo el Inca, también la bandera cumple la función práctica de no pasar desapercibida en carreteras por los otros vehículos más grandes y que viajan a velocidades mayores, así como también el parabrisas que protege  los empujes de viento que provocan los camiones de frente, son elementos que producen protección desde lo simbólico y lo concreto en lo material.

 

El último día en el valle de Elqui, luego de un poco más de un año de vida en Horcón, mi vecino y amigo fraterno “José Libro”, nos honró sellando con oleos el escudo protector del corcel, con el nombre que lleva hoy en frente recorriendo caminos “LA MOTO CARNA(v)AL”, cuyo nombre tiene dos lecturas tanto como “CARNA(v)AL” o “CARNAAL”, este último que responde al seudónimo que usan los mexicanos y chicanos para nombrar a los “compadres” fraternos que se brindan “esquina” ( protección).  Por lo tanto la historia de Carnaval parte desde el valle de Elqui, una vez bautizada, en la cueva librería “EL BUHO LECTOR”  ubicada en la curva de quebrada de Pinto, donde “José Libro” pone a la venta libros de antaño exclusivos, literatura, historia, filosofía y novelas en su mayoría mexicanos, así como también casetes, vinilos, antigüedades y cachivaches, lo cual doblemente honra la solemnidad del bautizo en que un día de marzo del 2013, nace Carnaval saliendo a luz desde  aquella cueva, hacia la carretera camino a la costa donde desemboca Elqui.

 

Carnaval se viste de colores fuertes y simbolismos latinos como así mismo lo exige su nombre en lo estético y en el sentido del viaje, que responde a una catarsis permanente de pasiones como en todo carnaval, por lo mismo carnaval se mueve desde la pasión de su jinete, su instinto y lo que el  presente pone en la infinitud de las posibilidades de ruta y movimiento donde el norte es subjetivo, pues según mi postura el norte es estándar y se define desde el propio objeto o ser vivo que se mueve libre e independiente, tan subjetivo como lo bueno, lo malo y la fe en algo.

 

El Sol es el único Dios posible bajo la realidad que conozco, el mundo humano, civil y social es un Show y cada cual lo vive a su modo.

 

Inti Sur